Hace unos días, poco después del nacimiento de su hija, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunciaba la donación del 99% de sus acciones de la compañía para causas filantrópicas y la creación de una organización para su distribución, la Chan Zuckerberg Initiative.
El anuncio se hizo a través de una carta dirigida a su recién nacida hija Max:"For your generation to live in a better world, there is so much more our generation can do. Today your mother and I are committing to spend our lives doing our small part to help solve these challenges."
Las cifras equivalentes al 99% de acciones corresponden a unos 45 billones americanos aproximadamente.
¿Qué ha sucedido?
Muchas personas están entusiasmadas con el proyecto y lo adoran, pero el señor Zuckerberg, ha creado un medio para invertir dinero sin pagar un solo impuesto. Al crear una ONG, ha diseñado una vía libre por la que hacer fluctuar sus inversiones a terceras empresas sin pagar nada por el proceso, y también, algo muy importante en los Estados Unidos, realizar donaciones a partidos políticos o campañas. Además de este fantástico movimiento, el hecho de hacer coincidir la creación del proyecto con el nacimiento de su hija y con la excusa de dejarle un mundo mejor, la imagen de la empresa y su marca ha visto aumentar su valor de manera totalmente exagerada, haciéndonos olvidar, al menos a unos más que otros, y por unos días, que Facebook vive de nuestra información.
No podemos tampoco culpar solamente a Mark, ya que él no redactó esas leyes, pero no es tan complicado pensar, que sería una locura con 31 años, deshacerse de prácticamente toda su fortuna y de la empresa que él fundó...
